La orquestación del Champagne Krug

 El pasado 27 de noviembre de 2020, tuve la oportunidad de estar presente vía Zoom en una cata clase dictada por Maggie Hernández, CEO de Champagne Krug.  Una oportunidad de viajar virtualmente a Champagne y catar uno de sus productos. 


Lo más impresionante para mi fue el viaje a las raíces de la Casa que hicieron en 2010, gracias a las notas del fundador, Joseph Krug quien falleció en 1866. Estas notas habían estado guardadas hasta que en 2010, se desempolvan y se encuentran una serie de preceptos entre los que se encuentra, por ejemplo, que para hacer un buen champagne se requiere un buen vino y para hacer un buen vino, se necesita una buena materia prima. Otra de las grandes máximas es que anualmente se deben sacar 2 champagnes: 

Krug Grand Cuvée como la expresión más generosa del champagne. 

Krug Vintage como el champagne de las circunstancias. Este champagne recoge las variaciones que se da vendimia a vendimia. La Casa ofrece lo mejor, incluso en el peor año.

El abrir este tesoro hace que la casa voltee hacia su pasado para poder mirar al futuro. 

Copa de Champagne frente a pantalla


Krug utiliza las tres cepas principales Pinot Noir, Meunier, Chardonnay, recolectada entre 80-100 pueblos de Champagne. 

Todo el trabajo de sacar un producto conlleva unas 4000 notas de degustación anuales. 

Catamos una muestra de Krug Grand Cuvée 168th Edition. Con una composición del 52% Pinot Noir, 35% Chardonnay y 13% de Meunier.  Este champagne está hecho con una mezcla de 198 vinos de 11 años diferentes,  desde 1996 hasta 2012.

En vista, color dorado claro, de burbujas pequeñas y ordenadas, un vino que se desplaza en copa con una densidad media-alta. 

En nariz: encontramos aromas a levaduras, champiñones, flores blancas, sotobosque, toques tostados, mantequilla, pan grillé, frutos secos. 

En boca: Acidez marcada, astringencia amable, en boca se sienten aromas que recuerdan a la lima, mineralidad apreciable y retrogusto medio.


Un perfecto balance entre lo nuevo y lo antiguo.


Posiblemente algún curioso dirá que en la fotografía se observa una copa Bordeaux en vez de una copa flauta. Justamente, una de las recomendaciones de Maggie Hernández fue dejar atrás las copas flautas, ya que estas no permiten apreciar la riqueza de aromas del champagne, solo las notas más estridentes. 

Y hablando de notas, pues Krug tiene un programa de colaboración con la música, dando lugar a los Krug Music Pairing: invitaciones a músicos a que expresen lo que el champagne les hace sentir, creando play list que se conectan con el producto. 


Recordando una ocasión de lujo, con esta invitada que nos llevó a un viaje geográfico y un viaje en el tiempo, gracias a sus productos.  


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