Los inicios

La historia de cómo llegué al mundo del vino es una suerte de acontecimientos que se hilaron y que hicieron posible que tomara la decisión de estudiar en la academia. 

Siempre me había llamado la atención, siempre había sentido el guiño del vino, cosa que es extraña en un país en el cual es más común tomar destilados como el whisky y el ron que vino. Siempre me pareció más amigable una conversación con una copa de vino que con cualquier otra bebida espirituosa, me parecía una bebida más cercana e íntima que cualquier otra. 

Un buen día recibo la invitación de un amigo: ¡Vamos a Carora, a visitar Pomar! y yo acepté la invitación, con lo cual tomo contacto con la Academia de Sommeliers y de inmediato quedé flechada con la posibilidad de conocer y saber del vino y de sus distintas expresiones. Un viaje realizado para estudiantes de la academia, terminó siendo el enganche para decidirme a explorar este mundo. 

Es por ello que aquí estoy, brindando lo que mi corta experiencia me ha ido enseñando en este basto e interesante mundo sensorial, con expresiones distintas en cada botella que abrimos.

¡Salud!



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