Lo singular de la sommellerie en Venezuela

El pasado 3 de junio se celebró el día internacional del sommelier, y esta celebración deriva de la creación de la ASI (Association de la Sommellerie Internacionale) en esta misma fecha pero en 1969.  El hecho de esta celebración me puso a pensar qué cosas diferencian al sommelier venezolano del resto de nuestros colegas en el mundo.

Una de las cosas que tenemos  y no se si decir que es una ventaja o una desventaja, es que no somos un país productor de vinos a gran escala, ya que tan solo contamos con una bodega productora en todo el país y digo que no sé si esto juega a favor o en contra, ya que este hecho permite que recibamos vinos de todo el globo, sobre todo de nuevo mundo, pero sí, también, del viejo continente.

Tal vez la diferencia más marcada es que el vino en Venezuela tiene alma de mujer, como bien dice la profesora Ingrid Robles. ¿Y por qué esa aseveración? porque la mayoría de los estudiantes en la academia son mujeres desde los inicios de la enseñanza de la sommellerie en Venezuela, con todo y que se está empezando a equiparar la proporción de hombres y mujeres en las aulas de clase.

Yo supongo, y no tengo pruebas de ello más que mi visión, de que esa feminidad del vino  en Venezuela, proviene de nuestra cultura del consumo del whisky, quedando el vino como una bebida para mujeres. Y siendo las féminas venezolanas como somos, nos apropiamos de ese espacio sin saber que en otras regiones del mundo es algo completamente trasgresor, sobre todo si tomamos en cuenta que apenas en el año 2000 se empezaron a presentar mujeres en los concursos internacionales. 

Es decir, que en Venezuela, una cata puede ser una reunión de amigas que aman el vino y desean conocer más sobre él.  ¿Cuál es el aporte? entre tantos otros, la gracia y la sensualidad al hablar del vino frente a una audiencia, acompañada de una rigurosidad técnica, cada una en su estilo. 

Caso interesante presentado en las recién finalizadas Jornadas de Carnetización el de 4 sommeliers que se asociaron para importar vinos, quienes nos comentaban que sorprendían a las bodegas visitadas porque eran 4 mujeres diciendo que querían traer productos al país. 

En estos momentos estamos muy lejos del mejor momento de la sommellerie en Venezuela, sin embargo, tengo fe en que no solo podemos ampliar los espacios en que estamos sino que podemos seguir teniendo esa amplitud que nos caracteriza y seguir siendo pioneros y transgresores, lo cual nos sigue colocando en el mapa, aunque no seamos de los grandes productores del mundo.

¡Salud!

























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