Vino, amor y armonías (III)

Desde que comencé con el blog, cada víspera del 14 de febrero hago un post sobre el día de los enamorados y es que, es bastante común fuera de Venezuela (reconozco que vivo en un país con otras prioridades), la celebración del amor y la amistad por parte de aquellos que se confiesan enamorados.

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La celebración del amor para muchos significa chocolates, espumosos y cenas románticas.  Ahora bien, armonizar chocolates y espumosos es sumamente difícil, ya que el chocolate tiene dulce, ácido, amargo y muchas veces salado, a veces es más elegante y a veces un poco más rústico al paladar, pero no hay sutilezas en él. Por su parte los espumosos pueden a ser divertidos o elegantes pero bastante más sutiles. Con dos caracteres tan opuestos, se hace bastante cuesta arriba armonizarlos y de allí la recomendación de vinos de mayor graduación alcohólica que un espumante, vinos que presenten mayor presencia en boca, tal como puede ser un oporto, un marsala o un vino de Madeira. Otra opción para hacer armonías con chocolate son los rones de tendencia dulce (en un texto anterior me referí a esta armonía que ya ha ido ganando terreno).

Otra opción ganadora son espumantes de método tradicional de tendencia dulce (demi-sec) con frutas ácidas como la fresa. Un champagne demi-sec acompañado con fresas frescas podría ser irresistible o incluso con una tartaleta de frutas. 

Y si de postres se trata, es importante acotar que el vino debe ser tan dulce como el postre al que va a acompañar, es decir vinos dulces como late harvest, pedro-ximenez, sauternes, espumosos de tendencia dulce y un largo etcétera.

Tener rituales de celebración con la pareja promueve momentos mágicos.  Tener ese momento especial significa cuidar esos detalles que pueden marcar una diferencia. 

¡Salud! y feliz día del amor y la amistad


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