Soñando la reconstrucción de mi país

Leo en el día de hoy un escrito de Luis Carlos Díaz (@LuisCarlos) animando a los venezolanos que estamos en nuestro país a soñar, a hacer planes sobre el aporte que podemos hacer cuando haya que reconstruir al país. Esta sencilla idea que lanza este comunicador por las redes sociales me resonó de tal manera que decidí hacer el ejercicio en esta oportunidad y soñar con los ojos abiertos.

Como sommelier, sueño con que al mejorar la economía volvamos a tener diversidad de vinos de distintas partes del mundo, que nuevamente tengamos una amplia gama de opciones y se cambie la situación actual de restricciones que estamos sometidos en cuanto a la variedad en el mercado y lo costoso que se ha hecho para el público comprar una botella. Sueño con volver a tener eventos como el Vino Toma Caracas, los cuales permitían al público degustar y conocer sobre el vino en un ambiente de total informalidad.  Sueño con que volvamos a tener catas, con gente ávida de tener conocimiento sobre el vino. Sueño con restaurantes apreciando y valorando la labor de los sommeliers en el negocio de la restauración.

De los últimos años rescato el esfuerzo de los productores de cervezas artesanales, quienes ofrecen productos con mucha personalidad y se han convertido en buenas opciones para el consumidor. De igual manera, rescato el movimiento que ha habido en pro de nuestros productos, el interés que existe en conocer y enaltecer y difundir el ron venezolano, considerado entre los mejores del mundo y el cocuy, producto que ostenta nuestra primera DOC en el país. Sigo soñando y me encuentro con un país de bombones, tabletas y mucho chocolate de la mejor calidad, hecho con el mejor cacao del mundo. Quiero volver a sentir el corazón henchido de orgullo tal como cuando estuve en Bodegas Pomar, en Altagracia, viendo la maravilla de tener un viñedo esplendoroso en pleno trópico, luego de pasar por un paisaje semi-desértico lleno de cujíes y chivos. Por último sueño con venezolanos orgullosos de sus productos: Venezolanos que ven, huelen, prueban y disfrutan sus colores, aromas y sabores.

Sueño con ser parte de ese cambio, junto con los emprendedores, los cocineros, los sommeliers que están, los que regresan y los que se están formando, junto con los mesoneros, los industriales, los agricultores, los maestros chocolateros y un sinfín de personas más. Ese es el país de la reconstrucción que sueño, que quiero ver y ser parte de él. 

Suscribo totalmente lo que dice Luis Carlos: "Enseña y comparte. Aprende a soñar despierto. El que reciba el testigo, si se contagia, seguirá adelante".

¡Salud! 

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