Siguiendo con las buenas experiencias del viaje realizado por el Estado Lara, ahora me toca referirme a la visita que la XII promoción de Sommeliers dispensó a Pomar, en Altagracia.
Ubicación geográfica
Luego de unos 40 minutos de haber salido de Carora y atravesando un paisaje lleno de vegetación semidesértica y los rebaños de chivos que se ven por toda la zona, llegamos a Bodegas Pomar. El viñedo se nos mostró espléndido a las 8:30 de la mañana y todavía con un ambiente fresco.
Vista panorámica de Pomar
Con mucho estupor nos preguntamos ¿Cómo era posible que traspasar el portón de entrada y el cambio del paisaje es tan patente?, en cuestión de horas resolveríamos esta y otras dudas.
Inmediatamente fuimos recibidos por personal de Pomar, quienes nos ofrecieron amablemente el desayuno: arepitas, nata caroreña, empanaditas de caraotas (judías negras), jugo de naranja, café, tostadas y mermeladas caseras, entre otras delicias y de inmediato, luego de reponer fuerzas, nos dispusimos al paseo.
Es entonces cuando conocemos a el enólogo de Pomar, el Sr. Guillermo Vargas, quien amablemente nos explicó el arduo trabajo que significó llevar adelante este proyecto, tomando en cuenta además que se trataba de algo sobre lo cual no había una experiencia previa industrial ni un marco referencial, como lo puede haber en regiones de Francia, por ejemplo, con normas muy rigurosas y de estricto cumplimento en cuanto a cepas, rendimientos, etc.
En Venezuela no tenemos tradición vinícola como tal, uno de los mitos alrededor de ello es que nos encontramos en un país tropical, muy cerca del ecuador y por tanto, no tenemos estaciones, cosa que según este mito, requiere la uva para prosperar. Hubo algunos intentos desde la época de la colonia y de esos intentos, el más exitoso fue en Valencia (de allí provienen los nombres de las urbanizaciones La Viña y El Viñedo), sin embargo ninguno de estos fue perdurable en el tiempo. Es en la época de los ochenta cuando Empresas Polar se asocia con Martell para hacer vinos en Venezuela y se hacen los estudios para determinar qué zonas del país eran propicias para ello, resultando Altagracia, por sus características de suelo, altitud (480 mts SNM) y clima con diferencias de temperatura de más de 10 ºC entre día y noche, el sitio ideal para ello.
Empieza entonces la búsqueda de las cepas que podían gustar de esta tierra semiárida, lo cual llevó otros estudios, ya que como nos indicó Guillermo Vargas, la uva no se adapta a las condiciones de suelo y clima, simplemente le es propicio o no crecer bajo esas condiciones. Es así como 8 cepas entre blancas y tintas pasaron la prueba: Syrah de Côtes du Rhone, Petit Verdot de Bordeaux, Tempranillo de Rioja,
Sauvignon de Bordeaux (la cual se cosecha en otro viñedo cerca de Altagracia, en Humocaro Bajo), Chenin Blanc del Valle de Loire, Macabeu de
Penedés, Malvoisie de Languedoc-Roussillion y Muscat D’Petit de Frontignan.
El portainjerto utilizado para estas cepas, en un 80% de los casos, es la uva negra criolla, un híbrido de la vitis caribaea y las uvas traidas por los españoles en la conquista.
La vida, además, comienza con el agua, y para ello Pomar tiene un estanque dentro del viñedo, lo cual le permite hace riego por goteo a las vides.
Laguna del viñedo
Dadas las condiciones geográficas antes mencionadas, se pueden obtener dos vendimias al año y esto le permite a Pomar tener la facilidad de escoger cuándo hacer la cosecha, a diferencia de lo que ocurre en la viticultura clásica, con lo cual la producción puede ser programada de una mejor manera. Obviamente, al tener un uso acelerado de las plantas, las mismas tienen una menor vida útil (20-25 años) pero también su período de producción se inicia más prontamente, con lo cual la primera cosecha se obtiene a los 20-24 meses.
De inmediato nos trasladamos a una parcela de uva tempranillo, lista para ser cosechada
Viñas
El grupo, recibiendo instrucciones
Racimos de tempranillo, listos para la cosecha
Con un racimo recién cortado de la vid
Probamos las uvas, que resultaron ser pequeñas, muy dulces y jugosas
El grupo en plena faena
Foto grupal de los visitantes
Una vez finalizado el recorrido, regresamos a Carora y esta vez visitamos la bodega, para ver en vivo el proceso de elaboración de vinos tintos, vinos blancos, vinos rosados y espumosos. Los vinos que fabrica Bodegas Pomar son los siguientes:
- Vinos jóvenes: Frizzante, Terracota tinto, Terracota blanco. - Varietales: Petit Verdot, Syrah,Tempranillo, Sauvignon Blanc. - Espumosos: Pomar Brut, Pomar Demi-Sec, Pomar Brut Nature, Pomar Brut Rosé - Son los encargados de fabricar el vino de consagrar para la iglesia católica en Venezuela, con el nombre comercial de Ecclesia.
La uva tinta se recibe y se pasa por la despalilladora
Todo el proceso se hace en contenedores de acero inoxidable
Algunos productos Pomar, incluyendo el vino Ecclesia
Al culminar nuestra visita por la zona de producción de vinos tranquilos, nuestros anfitriones realizaron una degustación de Petit Verdot acompañado de un queso semi madurado de cabra de Quesera Las Cumbres. Vale acotar que el Petit Verdot, una cepa francesa que fuera de la región de Burdeos es poco cosechada, tiene en Carora una muy buena expresión.
Nuestros anfitriones, los enólogos de Pomar, decantando el vino
Los enólogos de Pomar dirigiendo la degustación
Posteriormente nos dirigimos a la zona de vinos espumosos de la bodega. Pomar fabrica sus espumosos bajo el método tradicional, realizando la primera fermentación en las cubas de acero inoxidable y la segunda fermentación en botella.
Vinos espumosos de Pomar
Removido con cestas hidráulicas
Botellas de espumoso listas para el degüelle
Y al término de la visita, nos refrescamos con una copa de espumoso
Como cierre con broche de oro a un día cargado de aprendizaje, nos esperaba una exquisita comida consistente en una crema de apio de entrada, cerdo en caja china de plato principal y de postre un muy rico dulce de lechoza, todo ello acompañado por los vinos de la casa: Terracota blanco, Terracota tinto y espumoso. No hay manera de expresar lo henchida de orgullo que me sentí al regreso a la posada: durante todo el día tuve muestras de talento, creatividad, ganas de hacer las cosas bien, estudio, sentido de pertenencia y del país posible. A mi gusto personal los mejores resultados son con los espumosos, sin embargo, todos los vinos son realizados con la misma pasión y honestidad. Así que vale la pena disfrutar estos vinos que llevan dentro de si el sabor a la tierra y a la gente de Lara.
Datos curiosos
Pomar nace de la asociación entre Empresas Polar y la casa Martell (y de allí viene su nombre). Hoy día esta empresa es propiedad exclusiva de Empresas Polar y se decidió mantener el nombre con que se conoce desde sus inicios.
Un recorrido similar al narrado puede ser realizado por particulares en época de vendimia (marzo - agosto). La información se encuentra en la página web de Bodegas Pomar http://www.bodegaspomar.com.ve
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